Las decisiones de los Tribunales, tanto de la Primera como de la Segunda Fase de las Olimpiadas, así como los acuerdos adoptados por los Coordinadores de las Olimpiadas concernientes a este concurso, son inapelables.
Excepcionalmente, los premios pueden quedar desiertos.
La percepción de los premios queda sujeta al cumplimiento de la normativa vigente.